Llega 2017 y, como apuntarse al gimnasio, aprender un nuevo idioma es una de las tareas que siempre se cuela entre los propósitos de año nuevo.

Muchas de las campañas de marketing de distintas empresas ofrecen continuamente métodos milagrosos para aprender un idioma. Lo queremos todo, lo queremos ya, queremos pagar poco o nada y aprender de una forma un tanto mágica.

Por otra parte, los mitos y leyendas en torno al aprendizaje de idiomas se cuelan también en las conversaciones diarias y pueden alentar o desanimar a cualquiera para emprender la tarea de enfrentarse a una nueva lengua.

El inglés en 1000 palabras

Cuando aprendes 1000 palabras, ya está todo hecho. Mentira. Ni siquiera cuando aprendes 3000. ¿Te sorprende lo que estoy diciendo? No creas que estamos relativizándolo todo. Si consigues aprender 4000 palabras en inglés o en alemán y además sabes utilizarlas y pronunciarlas adecuadamente, magnífico, oye. Tienes un nivel muy alto de ese idioma. Pero eso no significa que no se te vaya ya a olvidar nunca nada en la vida si luego te pasas 10 años sin practicarlo.

Lo que no se recuerda, se olvida. Así funciona la memoria humana. ¿Te acuerdas de todo, todo lo que estabas estudiando hace 10 años? ¿Verdad que sólo te acuerdas de las cosas que has continuado haciendo en el tiempo, mientras que algunos conocimientos se te olvidan unos días después del examen?

Nunca te confíes; no se trata de llegar a la cima como si se tratara de subir una montaña. El aprendizaje debe ser continuo. Yo todavía sigo aprendiendo español, y eso que es mi idioma natural. ¿Cuánto más con un idioma que no es el que aprendí cuando era pequeño?

Hay que vivir en el país

Esto era verdad mucho antes de la era de Internet y las tecnologías. El que lo desea tiene infinitos modos para escuchar, leer e incluso mantener correspondencia en un idioma extranjero. Basta con pequeñas costumbres diarias que permiten estar como inmerso en una lengua extranjera: buscar las letras de una canción conocida en Youtube, ver por Internet diariamente el telediario de la TV de un país extranjero, frecuentar las salas de cine en VO, descargarse ejercicios de escucha gratuitos.

Otro método infalible es tan simple como dar rienda suelta a cualquiera de nuestros pasatiempos en otro idioma. Por ejemplo: si a uno le gusta saber de técnicas para montar a caballo, nadar, esquiar, o cualquier otro ocio o deporte: ¿quién le impide ver tutoriales en Youtube en inglés?  Hay gestos tan sencillos como: configurar su cuenta de Facebook y de correo en inglés, pasar el menú de un smartphone en francés, etc.

Y la era del consumo solidario y de Internet nos ha traído cosas tan divertidas como el coachsurfing, invitar a un extranjero de vez en cuando a casa y pedir a cambio comunicarse en su idioma es una manera práctica y muy divertida de hablar.

Internet es la solución para hablar inglés

Es evidente que la educación futura será vía web. Sin embargo, a pesar de existir una cantidad infinita de material para aprender inglés, se requerirá siempre la guía profesional, que resuelva cualquier duda por más mínima que esta sea, y porque aprender un idioma de forma autodidacta es difícil. Internet debe ser una ayuda para el aprendizaje del idioma.

La tecnología ha alcanzado un nivel sorprendente de desarrollo. No es necesario saber hablar algún idioma para poder traducir un texto. Esto podrá hacerlo un traductor automático. Sin embargo, ninguna tecnología es capaz de interpretar la cultura, el estilo del idioma, entender la diferencia entre el humor y el sarcasmo, o ayudar a formar una relación profesional o personal.

Hay gente que tiene un don

¿Crees que los políglotas tienen un don para aprender idiomas o una memoria fenomenal? Para nada. Simplemente han encontrado un método adecuado.

¿Sabes cuál es la diferencia entre un políglota y una persona común? Que el primero no deja el aprendizaje a mitad del camino. Cuanto más practiques, más fácil te parecerá el aprendizaje.

Ya eres muy mayor para poner a estudiar un idioma

El éxito en el aprendizaje de un idioma no depende de la edad sino del esfuerzo. Las investigaciones muestran que los adultos pueden aprender idiomas extranjeros mucho más rápido que los niños puesto que ya saben aprender y conocen bien sus necesidades. Lo único que se les da mejor a los niños es la pronunciación.